Recuerdo - LBP

Recuerdo

Larissa Bhöñam Polletté
                                           

Lo clásico es saber decir algo, lo normal sería saber cuándo decirlo y lo mejor sería saber cómo decirlo.

Cuando piensas en las cosas que suceden a tu alrededor, quizá prestas atención al 1% de lo que en realidad adorna tu entorno, lo que en realidad dibuja tus días con paisajes hermosos, con cálidos recuerdo y con experiencias nítidas a la mañana siguiente.


Cuando en realidad piensas lo que has vivido y con quien lo has vivido, quizá notas al 4% de las personas que conoces, al 2% de las personas que caminan por tu lado y te sonríen, y al 1% de las personas que miras y conectas, porque cuando giras la mirada han tomado el metro.


Cuando en realidad piensas en las personas que has querido, quizá tu cuerpo reacciona con el 1% de su energía hace un esfuerzo para retomar momentos especiales. Y al 1% restante lo deja para el todo melancólico sentimiento, al que aunque no le guste aceptarlo, le gusta saberse triste, cabizbajo y con un poco de agonía.


Pero cuando caminas pequeño transeúnte, en el aire se dibujan siluetas de personas con las que has vivido, con las que has convivido. Personas con las que han sucedido cosas en tu alrededor y notas un vuelco, un suspiro. Y evocas un momento, un sentimiento, un tierno recuerdo. Notas un éxtasis que eriza la piel, un destello de luz que ilumina un andar de paso lento, un temblor de nariz y cuello.


<3>Y lo clásico sería saber que está sucediendo, pero sería anormal describirlo, sería mera vanidad poder sentirlo o quizás sería involuntariamente repentino llamarlo “recuerdo”.

“Porque al viento hay que darle paso, a que fluya por el cuerpo, que tropiece con tus senos, se empape de tus pensamientos, rebote en tu cerebro, y que resbale por tu pelo, cayendo hasta tus dedos.

Lo siguiente sería transmitírselo al ser de junto, para que su energía se compenetre con la del resto.”