El inicio, la partida y el comienzo de todo esto.
“Comparte mis recuerdos, traduce mis sentimientos, responde ante mis decretos.”
Queriendo pensar en algo más que escribir, llegue a la ligera conclusión que no existe más, que no existe menos, que simplemente no existe un porque o un porqué no, que no conozco razón alguna para dejar de hacerlo, como tampoco conozco razón suficiente para seguir haciéndolo.
El motivo; Un sueño que alguna vez inundo mi cama y que a tope con la cabecera vi estrellarse millones de pensamientos híbridos con seres autóctonos, fingiendo ser simples transeúntes esperando en la parada de autobús, quejándose una y mil veces del transporte suburbano, queriendo comerse los unos a los otros mientras el reloj hace tic-tac frente a sus ojos, muriéndose de pena por no saber corresponder el grato saludo del viento soplándoles a los ojos.
Existe un trauma espiritual; es el vacio emocional…
Padezco de sensatez al decir que no quiero escribir y verme sometida al continuo sonido del tecleo en mi portátil. Me reclino y sigo escribiendo. ¿Por qué he de continuar haciéndolo? ¿Por qué he de negar que quisiera hacerlo? ¿Por qué siempre he de pensar en ti en ese momento?
El objetivo; Un inerte pensamientos se transforma en la mágica gota de lluvia que hace florecer mis sentimientos, hace madurar mis defectos. Carente objetivo el saber que me he perdido en tantos encuentros, que me he despojado de las ropas por tener tan solo un simple encuentro, me he quitado por convicción todos mis estereotipos y prefectos. No he conocido mar alguna como la de tu cuna, he querido ir corriendo tratando de atravesar lagunas y no consigo llegar a las faldas de aquel volcán. Aun así en mi mente se estrellan recuerdos del incidente en tu despacho. En tu necesidad de vernos y de acercarnos, de cobijarnos.
Corto por lo sano, miro un reflejo y sostengo el aliento…
Crecer es la máxima opción, es la mínima consecuencia y es la parte implícita de mí vocabulario. No conozco tu juego y desconozco el mío, redundante situación en la que hemos vivido.
“El fin, la conclusión y la última palabra escrita. De este momento.”
El futuro; Revelar mi ser, a mi ente, a mi parte superior, como mi parte inferior lo hizo en su momento. Aclarar terrenos y amagar errores. Teñir la piel con frascos de papel y dibujar mi fe. Conseguir el exilio y no poder siquiera decirlo. Repetir una y otra vez que esto no está bien. Querer fingir que quiero dejar de fingir y concluir con que no se que mas puedo escribir, mucho menos de ti…
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